lunes, 17 de octubre de 2011

Reflexión de vida y muerte...

Esta es mi reflexión para hoy, día en que celebro encontrarme contemplando la naturaleza y maravillado por lo grande que es el creador y lo pequeño que somos los seres humanos.

No deseo la muerte para mí o para nadie pero si ha de ser mi destino inmediato, entonces, me dedicaré a amar todo lo que me rodea hasta que ese momento llegue. Después de esa transición seguiré amando porque el amor es parte de nuestro espíritu. Pienso que somos inmortales porque aún fallecidos siempre estaremos en el corazón de los que nos aman. Por el momento me dedico a vivir con la conciencia de que cada respiro, cada segundo debo disfrutarlo a plenitud. Dios me otorgó el don de la vida y luego me ofreció la gracia de saber que, si ha llegado mi hora, no tengo de qué quejarme. En lo que a mí respecta, toda mi vida ha sido un milagro y estoy agradecido de Dios por cada momento de vida que me ha regalado. La historia cuenta de las palabras sabias de Marco Aurelio: "Es propio de un hombre dotado de razón no desearse la muerte temerariamente, ni correr con ímpetu hacia ella, ni despreciarla con orgullo, sino esperarla como una de las consecuencias naturales."

 

1 comentario:

  1. Don William, morimos porque estamos vivos. Por tanto estoy de acuerdo con usted, hay que vivir a plenitud mientras estamos en este plano terrenal. La diferencia de los otros seres vivos es que nosotros tenemos conciencia de que algún dia trascenderemos a otro plano espiritual. Disfrute sus momentos con las personas significativas que usted ama y que le aman. Los demás vendrá por añadidura. ¡VIVA!

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